Me asomo por la ventana de mi mazmorra.
Es muy poco lo que logro ver –Más mazmorras-
¨ Normalmente malas caras ¨
He incluso los gritos cruzados parecen coger forma.
¡Solo me asomo al caer la noche!
Intento disipar a mi hermana luna,
con su luz hipnotizante.
Si alguien me preguntase;
¿Qué es lo que echo más de menos?
¡Les contestaría!
Disfrutar de un cielo estrellado
con una luna llena, de esas
que no puedes apartar la mirada,
de tal hermosura, de precioso
resplandor.
¡Esta humanidad está enferma!
¡Le han puesto precio a todo!
¿Cómo pueden ponerle precio a la luna y las estrellas?
Pues desde mi mazmorra
no se disipan,
ni flamantes astros en la noche,
ni tampoco hermosas lunas.
Eso sí, mil soles ardientes
entre muros calurosos,
al borde de la asfixia
regalan cada año, mes……
Es pan de cada día.
Siento viento en las entrañas,
por no llamarle rabia
ha llegado a aburrirme esa palabra,
o quizás sea que ya estoy saturada
de ella, pues me corre
por las venas, palpita en mi corazón;
Pero esa rabia , de esa que sirve para
dar ganas de luchar.
Una lucha, no solo contra lo injusto,
sino también, para conocer ese interior.
El pasado, ha pasado
pero el presente es un paso,
para mejorar un futuro.
Que a veces da miedo indagar,
por miedo a lo que una pudiese hallar.
Más, si uno quiere ¨ cambiar el mundo ¨
debe empezar por uno mismo…¿no?
Bastante parte de la partida,
está ganada.
¡Sigo viva!
No perdí,
la esperanza.
Firmado: Neura
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