Mares revueltos fluyen por los ríos,
del inmenso mar de mi cerebro.
A veces con aguas apaciguadas,
reflejando en sus diminutas alas de sal,
las estrellas iluminadas,
la luna embellecida
como mirándose en mi espejo.
Su hermosa cara reflejando
marcando en el amanecer.
Divisas en la nada,
su amante sol
despertando la mañana.
A veces los mares son
revueltos por marejadas.
Tifones que remueven –Chiquilladas-
Y que oscurecen
en el cielo abierto
de la mañana,
desquebrajando con rayos y truenos,
las entradas de mi alma.
Con tus ojos encuentro
la luz del faro que ilumina
las noches negras de mis aguas.
La que guía a los barcos
con rumbo fijo
a las orillas de mis playas.
Eres la farola de mi vida,
la que me da luz
en mis noches oscuras.
¡Por favor!
¡No te apagues nunca!
Sin ti me moriría.
Sin ti podría perderme
en mi vida.
Eres mi luz,
la que me ilumina
ahora y para
siempre.
Firmado: Kenyon
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