Estaba oscuro…
Solo el rayo de luz de tus ojos.
Me enseñaste a respirar,
y tus entrañas acariciaban
mi frágil cuerpo.
Soñaba con colores
y te imaginaba hermosa;
Fueron nueve meses en un mundo rosa.
Crecí de a poco con tu calor,
me alimentaste con tus caricias
y frases de amor.
El momento llegaba,
iba a conocerte,
estaba muy protegida
con miedo de perderte…
Se hizo la luz,
una mañana de agosto
¡Mamá, sí estabas tú!
Tan maravillosa y tan dulce,
Como te había imaginado.
Aprendí, con el correr del tiempo
y en mis andanzas peligrosas
de cada uno de tus consejos
valorados en cada acto,
de mis diecisiete años;
y soñando cada vez
que me encuentro lejos,
contigo y con nuestros
momentos viejos.
Firmado: Tatiana Aguilera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario